El Hotel Alaya, diseñado en colaboración con su propietario, un diseñador industrial, presenta una distribución única por las dimensiones y forma del terreno, con 1.600 m2 y 20 m de frente de playa. El cliente quiso jugar con la posición de los volúmenes, dando como resultado edificios octogonales dispuestos en zigzag. Este diseño ubica el camino de circulación principal en el centro, finalizando con una vista al mar, abriendo así la perspectiva. Los edificios individuales albergan habitaciones individuales y, cuando se vinculan, se convierten en unidades de dos habitaciones, lo que permite la libertad de crear habitaciones separadas. Con un total de 16 habitaciones, una villa principal y una shala de yoga.

El hotel no cuenta con un restaurante tradicional pero cuenta con una gran palapa. La planta baja de la palapa incluye una cocina sencilla para el desayuno, mientras que la planta superior sirve como espacio para yoga. La recepción en la entrada se integra con la composición octogonal, ofreciendo un concepto rústico y privado. Este diseño estilo Tulum tiene como objetivo brindar una experiencia táctil e inmersiva, particularmente atractiva para huéspedes de grandes ciudades como Nueva York o Los Ángeles.